Ficción de terror cotidiano 12 - La infancia de un psicópata

Publicado originalmente en:  La infancia de un psicópata


Desde su niñez, Arjen demostró ser muy inteligente, pero con inclinaciones a la violencia y el autoritarismo. Siendo hijo único, fue criado con todas las comodidades, privilegios y ventajas, que podía permitirse una familia como los Svensson, inmigrantes nórdicos con una posición social y económica alta. Sus padres solían viajar con frecuencia, dejando por largas temporadas a Arjen a cargo del personal de servicio, cuyas instrucciones eran, obedecer y complacer en todo al niño. Arjen, no tardó mucho en descubrir las ventajas del poder y de la sumisión de otras personas. Varias veces personal de servicio había sido despedido, por haber provocado el enojo del niño, que se transformaba rápidamente en ataques físicos, dirigidos contra cualquiera que contradijera a Arjen o que el chico considerara  desobediente y quisiera imponerle alguna regla. En varios casos su padre había tenido que pagar, alguna compensación económica, al personal de servicio que fue lastimado, por el belicoso infante. En realidad a su padre le hacía gracia el carácter de Arjen. Se decía a sí mismo, que su hijo tenía la herencia vikinga en su sangre y tal vez por eso tenía un carácter tan explosivo. En cualquier caso, para él fue fácil ya no tuvo que lidiar mucho con los problemas que provocaba su hijo,  porque convivía muy poco con él.
La madre de Arjen tampoco tomó responsabilidad por la crianza y comportamiento de su hijo, era una adicta a la cocaína y el whisky, que prefería pasar tiempo con sus amistades en el spa, que con su hijo. Este pronto aprendió a sacar ventaja de las constantes ausencias de sus padres, para cometer todo tipo de crueldades, tales como ahogar gatos o perros en la piscina, arrojándolos con una piedra atada al cuello. Disfrutaba de la agonía de sus mascotas cuando se ahogaban angustiosamente. Llegó incluso, a atropellar a un guardia de seguridad con el automóvil de su padre, quien tuvo que pagar altos gastos hospitalarios y una compensación económica al guardia, para evitar una acusación de intento de homicidio, en contra de Arjen.
El padre desesperado decidió mandarlo a una academia militar, para tratar de que aprendiera de disciplina y buen comportamiento. Al principio fue difícil, para el joven, pero a partir del segundo año logró imponer su carácter, influencia y poder económico, de forma que pronto aprendió a divertirse, atormentando a los estudiantes de primer año. Arjen se interesó y logró destacar en el manejo de armas, artes marciales y ejercicios físicos. Se mantuvo en un promedio aceptable en las otras materias que estudiaba, lo que le valió para ser ascendido al grado de subteniente en el segundo año. Con un poco más de protagonismo, el joven pareció modificar sus bajos instintos y adaptarse al grupo.
Sin embargo, una noche de vacaciones de verano,  decidió quedarse en la academia militar y no pasarla en su casa, porque sabía que sus padres  estaban viajando por Europa. Sucedió que tuvo una acalorada discusión con un alumno de primer año, que no quiso aceptar una orden humillante de ir a lavar el baño, con su propio cepillo de dientes y después cepillarse los dientes, situación que divertía mucho a Arjen y que ya había obligado a hacer a otros alumnos. El joven provenía de una familia que tenía el mismo estatus social y económico que el joven Svensson, además había entrenado artes marciales anteriormente, así que no tuvo miedo de enfrentarse al alumno, a pesar de ser de formidable estatura y tener un semblante agresivo y amenazador. Pronto la discusión se tornó violenta y ambos se enfrascaron en una pelea, que no solo les causo serias heridas a ambos, sino que destruyó mobiliario del dormitorio, en donde se encontraban y provocó una gran trifulca entre los que apoyaban a uno y a otro. La pelea tuvo que ser detenida por personal de seguridad de la academia, que procedió a arrestar a todos los involucrados. Después de un largo interrogatorio, las autoridades de la academia concluyeron, que todo había sido iniciado por Arjen, de quien ya habían recibido quejas de maltrato a los alumnos nuevos. Así que decidieron expulsarlo de la academia y enviarlo de nuevo a casa, donde se convirtió en un adolescente aún más intratable y visceral.
Estando ya libre de la academia militar y contando con ilimitados recursos económicos, decidió que iba a estudiar en la universidad, donde su extraordinaria inteligencia le permitió avanzar en la carrera y graduarse con muy buenas calificaciones.
Fue en la universidad donde Arjen conoció a Lola, una hermosa trigueña que estudiaba la misma carrera que él, Administración de Empresas, y quien durante los primeros dos años estuvo evitando acercarse demasiado, al rubio gigante con mirada penetrante, que parecía fijarse en cada acción que ella realizaba, pero no le dirigía  ninguna palabra, ni hacia ningún intento de entablar una amistad. Lola no había tenido novio durante la carrera, se había propuesto enfocarse totalmente en estudiar y dejar lo del romance para después de estar graduada. Ella provenía de una familia de clase media y no quería pasar por las mismas limitaciones que sus padres, quienes se enamoraron y casaron antes de completar sus estudios universitarios y nunca tuvieron el tiempo o la energía para graduarse. Esto limitó el tipo de trabajos que su padre obtuvo y por lo tanto los ingresos. Lola no quería seguir ese mismo camino. Era atractiva e inteligente, varios se sintieron atraídos hacia ella e intentaron ser más que sus amigos pero ella siempre los rechazó, amable pero firmemente.
En el tercer año de la carrera recibieron ambos un curso, que los obligó a formar un grupo de estudio, ya que la asignación fue por sorteo. Lola sintió un escalofrío, cuando supo que Arjen iba a estar en su grupo, junto con otros dos compañeros a los que ella conocía mejor. El semestre se volvió eterno para Lola, quien coordinaba el grupo. Lola se dio cuenta que Arjen hacia su mejor esfuerzo para cumplir las asignaciones que ella le daba. Parecía querer quedar bien con ella. Pero Lola trató de mantener distancia y utilizar más la comunicación por correo electrónico, que personalmente. Sin embargo, el momento en que no pudo evitar pasar más tiempo con Arjen, fue cuando tuvieron que preparar una presentación para exponerla ante todos sus compañeros de clase, respecto al proyecto que les habían asignado. Esto los obligó a reunirse fuera de horarios de clase. Los otros miembros del grupo estuvieron de acuerdo con la propuesta de Arjen, de reunirse en la casa de éste. Tenían curiosidad de conocer la mansión de los Svensson y consideraban que esta era una oportunidad única.
Para Lola era especialmente difícil tener que reunirse en la casa de Arjen, a quien encontraba atractivo, pero a la vez peligroso y raro. Aunque también tenia mucha curiosidad de conocer la mansión de los Svensson, de la que tanto le habían hablado. Solo faltaba la exposición en grupo y con suerte podría seguir evitando al vikingo, que le inspiraba una mezcla de fascinación y terror.
La mansión era tan fastuosa como le habían contado a Lola. Para entrar era necesario recorrer, dos kilómetros de espectaculares jardines y estanques con peces. También tuvieron que traspasar dos círculos de seguridad, antes de llegar al lugar donde pudieron estacionar los automóviles, en los que los tres estudiantes llegaron a la casa de Arjen. Al llegar, él mismo los recibió esbozando algo que parecía ser una sonrisa. El interior de la casa, no desentonaba con el exterior en cuanto a elegancia y lujo pero el ambiente era frío y poco acogedor, al menos para Lola. Sus otros dos compañeros se adaptaron rápido a la forma de ser de su anfitrion y  pudieron definir el guión de la presentación y la parte que a cada uno le tocaría exponer. Arjen pareció relajarse y ser más amable que de costumbre. Pero Lola seguía teniendo escalofríos cada vez que sorprendía a Arjen mirándola fijamente. Cuando esto sucedía, el joven no desviaba la mirada y no intentaba disimular su extraño interés en ella.
En cierto momento, la incomodidad de Lola fue tan grande, que decidió irse con cualquier pretexto, porque no soportaba seguir en la cueva de un lobo. Antes de partir se aseguró que todos tuvieran definida la parte que iban a exponer y se despidió con prisa, indicando que no podía llegar tarde a su casa, porque habría una cena especial con su familia. Lo cual era falso, pero fue lo único que se le vino a la mente, como excusa.
Arjen la acompañó hasta donde estaba el vehículo estacionado y aprovechando que estaban solos, le preguntó si era cierto lo de la cena familiar o solo un pretexto. Lola no podía creer que  le cuestionaran tan directamente lo que ella le había dicho a todos. Por un momento se quedó muda, al sentirse sorprendida en una mentira. El joven notó su desequilibrio y se acercó más a ella, la tomó del antebrazo y con una voz grave y casi maquinal, le confesó que le gustaba mucho y que no quería que se fuera tan pronto. Su confesión, parecía más una orden que una romántica suplica. Lola trató de zafarse de la enorme mano de Arjen, pero este la sujetó aún más fuerte. Esto la lastimó y le gritó que la dejara ir, que esto ya era demasiado. El joven Svensson podía pasar de la tranquilidad a la furia, en cuestión de milésimas de segundo. Se puso enfrente de ella y la sujetó con la otra mano en el brazo que estaba libre. Esto hizo que Lola, dejara caer sus libros, lo que la aterrorizó más y la hizo lanzar un grito pidiendo ayuda. Arjen se había asegurado de dejar música con alto volumen dentro de la casa, para que sus otros compañeros no escucharan lo que tenía planeado hacer. Después del primer grito, el agresor le cubrió la boca con una mano y con el otro brazo la atrajo hacia sí y fue llevándola más lejos de la casa principal. A pocos metros estaba una casa destinada para visitantes, la cual contaba con todas las comodidades necesarias, para que quienes la utilizaran pudieran, si así lo querían, aislarse sin ser molestados.
La situación se había salido de control, Arjen quería obligar a Lola a callarse y hacerla entrar en razón, pero la chica estaba horrorizada de sentir como era apresada y llevada a una casa que en ese momento estaba a oscuras. Para ese momento, Lola sentía que sus mayores temores respecto a su compañero de clase, se estaban haciendo realidad. Este tipo no estaba bien de la cabeza y sabía que no tenía que haberse quedado a solas con él. Lo peor era, que no había quien la ayudara, ni sus compañeros, ni algún trabajador de la casa. Lo que Lola no sabía, era que ningún trabajador de la casa se atrevería a intervenir, si es que estuvieran cerca. Algunos eran mortalmente fieles a la familia y otros simplemente le tenían tanto miedo a Arjen y sabían de las historias que se contaban respecto a sus ataques violentos. Lola se sentía perdida e impotente. El joven quería llevarla a la casa y explicarle que no tenía que reaccionar mal, pero Lola solo estaba esperando una oportunidad, para soltarse del abrazo de aquel gigante y salir corriendo a buscar a sus compañeros de estudios, con la esperanza que le ayudaran o que pudieran llamar a la policía. Lola luchaba con todas sus fuerzas, lo que enfurecía cada vez más a Arjen. Cuando estuvieron frente a la puerta de la casa de huéspedes, el joven la abrió de una patada e intentó que Lola pasara por allí, pero ella empujaba con sus pies, para no entrar creyendo que si entraba sería su fin. Arjen la empujaba y ella se resistía, pero cuando vio que estaba tardando demasiado, decidió soltarla e intentar de nuevo tranquilizarla. Cuando ella sintió que el abrazo iba perdiendo fuerza, trató de zafarse. Esto la hizo tocar el suelo con los pies, con lo que trato de correr lejos del agresor. Solo logró avanzar unos pasos cuando él le dio alcance y la empujó hacia la misma dirección, en la que ella corría. Este impulso extra hizo que su cabeza, se fuera hacia adelante y cayera de frente en el camino empedrado, por el que se llegaba a la casa de huéspedes.
Al caer Lola se lastimó la cabeza, pero aún consciente empezó a gritar, pidiendo ayuda. El pelo le caía en la cara y corrían gruesas lagrimas por su rostro, estropeándole definitivamente el maquillaje. Arjen le dio alcance y su único impulso fue propinarle un duro golpe con el puño en la boca, para que se callara. El golpe fue tan certero que cayeron al suelo varios dientes, pero la chica seguía pataleando y tratando de gritar, así que el atacante la tomó por el cuello y en pocos segundos la estranguló, silenciándola para siempre.
La furia de Arjen aún estaba latente, pero sabía que tenía que actuar rápido, para evitar que sus compañeros se dieran cuenta del crimen. Necesitaba deshacerse del cadáver de Lola y regresar a la casa, para aparentar calma y normalidad. Todo el proceso de acompañar a la chica a su automóvil y matarla había tomado cerca de diez minutos. Cargó el cadáver y recogió algunos dientes, lo llevó a la casa de huéspedes y cerró la puerta tras de sí. Después fue a la casa, les dijo a sus compañeros de clase que estaba un poco cansado y quería dormir, si no les importaba marcharse ya. Ellos entendieron, que los estaban sacando, pero no les importó demasiado, ya habían satisfecho su curiosidad respecto a la mansión de los Svensson y tenían el material que necesitaban para exponer al día siguiente.
Cuando se fueron, Arjen llamó a su padre y le dijo que estaba en problemas y necesitaba su ayuda. El padre entendió de inmediato y coordinó, con un par de sus empleados de confianza, para que sustrajeran el cadáver de quien fuera, que su hijo hubiera matado esta vez y lo prepararan para que pareciera un accidente o un crimen que se hubiera cometido lejos de su casa.
Todo el proceso se hizo a la perfección, los detectives encargados de investigar el asalto e intento de violación de Lola, cuando regresaba a su casa después de estudiar, certificaron que la muerte ocurrió una hora después de haber salido de la casa de los Svensson, exculpando a Arjen, quien solo tuvo que confirmar, que Lola había salido de su casa y después ya no supo más de ella. El padre de Arjen pagó mucho dinero por esa investigación y otros exámenes de laboratorio, que fueron necesarios para darle credibilidad a la investigación de los detectives. La comunidad había sido afectada antes por desapariciones de personas y actos de violencia que aún no habían sido resueltos. Lo que no sabían era que el causante siempre había sido Arjen y que su poder e influencias le seguían permitiendo salir impune.
 

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