La Canción de Debbie

 
 
La Canción de Debbie
Noviembre 2016
Basada en hechos reales
Escrita por: Javier España

Debbie es mi vecina
diecisiete años de edad
es madre soltera
trabaja en prostitución
 
Debbie tiene SIDA
una cruel enfermedad
sabe que la muerte
pronto la vendrá a buscar
 
Debbie esta muriendo
pero no se quiere ir
Debbie lucha sola
para sobrevivir
 
Quiero saber como ayudar
me duele ver tu realidad
la vida para ti fue muy cruel
no tuviste ya a quien acudir
La sociedad te abandonó
Tu familia te rechazó
Solo tu hijo te queda ya
no sabes quien lo cuidara

¿Qué puedo hacer yo por ti?
nada tengo que ofrecer
Solo puedo hacer una canción
que diga todo lo que te pasó
Para que tu hijo sepa, alguna vez
Que solo por él quisiste vivir
Aunque nunca se puede estar tan mal
que no se pueda estar peor
Deseaste para el todo lo mejor
 
 
Escrita por: Javier España

#JESEmprendimiento

Atada al dolor



Vilma, la chica de senos perfectos que me inspiró a escribir un largo poema hace unos años, luego de conocerla en una fiesta de fin de año, donde tomamos unas copas juntos e iniciar un idilio mágico que nunca fructificó, debido a la pesada carga emocional que mantuvo  a la bella dama, atrapada en una relación de codependencia, altamente destructiva.

En esa inolvidable fiesta, cuya anfitriona era mi querida amiga M., estaban sus mas cercanos amigos, circulo al que recién estaba ingresando, después de ser vecinos por varios años, pero sin profundizar nuestra relación, hasta que varios eventos extraños y tristes, nos unieron y generaron el aura de confianza que afirmo nuestros vínculos emocionales, sin llegar por ello a crear la energía para llegar a un romance.

Sin embargo el romance con Vilma fue instantáneo, era la mejor amiga de M. desde la infancia, su confesora y cómplice desde hace muchos años. Me la presentó y no pude dejar de sentir el vacío en el estomago, mientras contemplaba esa figura menuda pero bien formada, vestida con  unos jeans tradicionales azules, botas altas color café, chaqueta de cuero del mismo color, blusa color beige, con un pronunciado escote.

Llevaba el pelo suelto, que caía apenas sobre  sus hombros, su rostro redondo y rosado, mostraba una expresión de constante asombro. Una  pequeña cicatriz arriba del tabique nasal, pudo pasar como un tercer ojo, seguramente señal de una temprana varicela. Antes de que empezáramos a hablar, parecía algo perdida en la fiesta, ya que nuestra amiga M., estaba ocupada atendiendo a los otros invitados, así que se mostró aliviada de tener alguien con quien conversar.  Una de las mejores formas de entablar una conversación con una chica desconocida, es que alguien de su confianza te la presente. De modo que nos ahorramos varias etapas de las validaciones que las mujeres suelen utilizar para decidir si nos dejan acercarnos o nos rechazan de entrada.

No perdí el tiempo y quise saber un poco mas de su historia y sus gustos. Ella estaba mas que dispuesta a hablar y pude darme cuenta que estaba buscando una válvula de escape. En ningún momento llegó a exponer todos sus problemas e intimidades conmigo, pero dejo entrever una relación que marchaba mal y un ambiente familiar adverso. Escuchándola con atención e interesándome auténticamente por sus problemas, logré ganarme algo de su confianza, así que se mostró mas relajada y dispuesta a divertirse.

Tomamos varios tequilas y bailamos el resto de la noche. Nuestros movimientos cada vez eran mas coordinados y cercanos. Cuando la música fue tomando un ritmo mas suave y las luces en la casa de M. fueron bajando de intensidad, bailábamos lentamente y viéndonos a los ojos y apenas pronunciando  algunas palabras, que solo nosotros entendíamos.

Cerca de la medianoche, la magia terminó, se detuvo la música y encendieron las luces, para indicar que debíamos irnos. Aparentemente alguien de los amigos de M. iba a llevar a Vilma para su casa, así que nos despedimos apresuradamente, sin tener oportunidad de intercambiar teléfonos.

Esa noche no pude dormir y solo encontré paz, cuando tomé una vieja libreta de notas y me puse a escribir un largo poema inspirado en Vilma. 

Durante un año, no supe mas de ella, ni ella trató de comunicarse conmigo, así que con el tiempo fui olvidándome un poco de esa fiesta y de la cercanía que logramos con Vilma. Pero cuando llegó de nuevo el fin de año, mi amiga M. organizó otra vez una fiesta y me invitó. Sentí una  emoción indescriptible y un sentimiento de anticipación irreprimible, pensando en volverla a ver.

Llegué temprano con la esperanza de reiniciar nuestra conexión, desde el punto que la habíamos dejado un año atrás.  Pasaron dos horas en la fiesta, pero no se apareció. Le pregunté a M. por ella y me dijo que la había invitado, pero que tal vez su novio no la iba a dejar venir. Ese fue un golpe duro de asimilar. Saber que tenia novio, me dejaba sin posibilidades de soñar con poder conquistarla.

Estaba a punto de irme, ya que mi casa quedaba cerca y no tenia motivos para quedarme, cuando sorpresivamente apareció en la fiesta. Además llegó sola. Cuando entró yo estaba a punto de despedirme de M., Vilma parecía buscar a alguien, imaginé que a nuestra anfitriona, pero después de verla y hacerle un gesto de saludo siguió buscando, hasta que nuestras miradas se encontraron, entonces vi la mas brillante y dulce sonrisa de que una mujer es capaz. Si me estaba buscando a mi.

Fui hacia ella y la besé en la mejilla. Sin decirle nada, la llevé al centro de la pista y bailamos, tal y como habíamos bailado el año anterior. No quisimos hablar ni hacer preguntas incomodas, solo  queríamos disfrutar de nuestra mutua cercanía.

Mientras tanto otro hecho, precipitó los acontecimientos de nuestra aventura amorosa. Nuestra amiga M. había tomado demasiado y estaba portándose demasiado pesada con sus padres. Tuvieron una discusión y M. se enojó a tal punto que me pidió que nos fuéramos a mi casa, porque no soportaba estar mas en la fiesta. Vilma nos acompañaría. Caminamos hasta mi casa y M. me pidió whisky. Vilma y yo tratamos de calmarla, pero estaba hecha una furia,  detestaba el control de sus padres y sus reproches constantes. Después de media hora de insultar a media  humanidad se fue quedando dormida. La cargué y la acosté en mi cama, esperando a que le pasara un poco el efecto del alcohol, para llevarla de regreso a su casa. Llamé a su mama y le conté que estábamos con Vilma y que llegaríamos mas tarde, cuando M. ya estuviera mas calmada.

Para matar el tiempo, fuimos con Vilma a la sala y nos pusimos a escuchar música de diferentes géneros. En cierto momento recordé el poema que había escrito y le conté a Vilma que ella me había inspirado. Pero desde que lo  escribí no había vuelto a verlo. Ella se mostró muy entusiasmada por leerlo. Lo busqué afanosamente y encontré la libreta en la ultima gaveta de mi escritorio de trabajo. Tuve un ultimo momento de pánico escénico, porque no sabia la reacción que ella pudiera tener. De cierta forma, el poema confesaba la atracción que sentía por ella.

Pero ya estaba encaminado el asunto, así que no podía hacerme para atrás. Se lo leí sin explicarle demasiado el  significado que podría tener. Ella lo escuchó atentamente, sobresaltándose en algunas partes y sonriendo en otras.  Cuando terminé de leerlo me quedé callado, en espera de sus comentarios. Ella estaba sentada en un sillón individual y yo estaba sentado en otro enfrente del suyo. Se levantó, caminó hacia mi y sin decir palabra me besó suavemente en los labios. Me dijo que estaba seguro que era ella de quien hablaba el poema y que yo debía ser un buen escritor para poder captar la esencia de la tormentosa vida que estaba llevando desde hacia varios años.

Después se dio la vuelta y se dejó caer en el sillón en el que estaba anteriormente. Pude ver que varias lagrimas se asomaban a sus ojos, tal vez al pensar en el peso de sus dificultades. Esta vez fui yo quien se acercó y besó sus húmedas mejillas, para tratar de aliviar el dolor. Parecía una niña desconsolada y fue dejando que la abrazara y le acariciara el pelo. Sorpresivamente se puso de pie y se enjugó las lagrimas. Me dijo que no valía derramar lagrimas por alguien que no las valoraba. Me pidió un tequila, sal y limón. Ese no debía ser un día triste, finalizaba un año pero empezaba otro. Ella no quería iniciar el año llorando y lamentándose, faltaban solo unos minutos para las 12 de la noche del 31 de diciembre.

Traje una botella casi llena de tequila y dos pequeños vasos. Empezamos a brindar por cada cosa que nos gustaba en este mundo. La música suave nos contagió y empezamos a bailar, casi sin dejar espacio entre nuestros cuerpos. En cierto momento la ropa empezó a sobrarnos. Nos  desvestimos en pocos minutos y nos tumbamos en el sillón a hacer el amor, frenéticamente.

Nos dieron las doce campanadas enredados en un sensual abrazo, intercambiando energía por cada poro de nuestros cuerpos.  El ruido de los juegos pirotécnicos, despertó a nuestra amiga M. quien nos sorprendió en la sala, apenas dándonos tiempo para ponernos algo de ropa encima. M. aun estaba ebria pero nos dijo que ya sabia que íbamos a terminar enredados, porque desde que  nos presentó habíamos sacado chispas por los ojos. Pero ella sabia que Vilma tenia una relación seria con alguien mas, por lo que quiso protegerla a ella y a mi, entonces nos pidió que termináramos de vestirnos y la acompañáramos a su casa.  Yo deseaba que Vilma se quedara en mi casa para concluir lo que habíamos interrumpido, pero los padres de M. no verían con buenos ojos que la chica se quedara conmigo. De forma que las fui a dejar, me despedí con un corto beso de Vilma y un abrazo de M.

Pero esta vez, si tenia el teléfono de Vilma, no podía perderle la pista.

La estuve llamando desde el día siguiente, pero fue difícil lograr que me contestara. Parecía nerviosa y deseosa de terminar rápido las conversaciones. Le insistí en que nos viéramos, pero ella me daba evasivas. No hice demasiadas preguntas. Pero una enorme ansiedad me hacia volver a llamarla día a día. Después de una semana, su nerviosismo fue bajando y aceptó que nos viéramos cuando saliera de su trabajo, el próximo viernes. Fui a traerla y la vi en su mayor esplendor. Con una falda corta y un escote pronunciado, me regaló otra vez esa sonrisa única y especialmente hecha para mi.

Fuimos a cenar y después fuimos a mi casa. Esta vez no habían limites. Vilma estaba allí para entregarme su hermoso cuerpo, sus  senos redondos, firmes y suaves. Su piel clara y satinada. Sus besos húmedos y profundos. Ese olor que ya había disfrutado la noche de fin de año, mezclada con las esencias de sus esquinas mas intimas y el sedoso cabello que había crecido un poco desde el año anterior. No tardamos en enredarnos de nuevo en un furioso baile, desnudos en mi cama. Sin haber apagado la luz, sin haber puesto música de fondo. Fueron veinte minutos frenéticos hasta que de repente, ella me pidió que me detuviera. 

No pudo continuar, había llegado a tomar una decisión importante. Seguimos desnudos, sentados uno frente a otro, mientras me decía que no podía engañar a su pareja, aparentemente llevaban dos años viviendo juntos, con la oposición de sus padres. El la había engañado varias veces y tenían frecuentes y violentas discusiones. Pero aun así, no quería terminar la relación con él para iniciar una conmigo. Tampoco quería tenerme como un amante. Solamente había tenido un momento de debilidad que no pudo detener a tiempo y se estaba enredando en una situación que no sabría como manejar. No quería dañarme, ni serle infiel a su pareja, aunque se lo mereciera.

Fue realmente frustrante, pero entendí sus razones. Nos vestimos en silencio y la fui a dejar cerca de su casa, para que sus vecinos no la vieran bajar de mi automóvil. Me dió un ultimo beso y me pidió que la perdonara. Yo le dije que entendía y que siempre  guardaría el recuerdo de nuestra intensa pero corta aventura romántica. 

Cinco años después la volví a ver. M. organizó una fiesta infantil, por el tercer cumpleaños de su primer hijo. Nos invitó a ambos aun sabiendo de nuestra extraña relación. Yo iba acompañado de mi esposa. Ella tenia dos hijos, un niño y una niña de brazos. Me vio pero no quiso saludarme, yo tampoco me acerqué a ella. Pero en cierto momento nuestras miradas se cruzaron brevemente. Me sonrió otra vez y yo le guiñé el ojo.

Días después me reuní con M. quien me contó que Vilma se había divorciado del esposo finalmente, pero seguía apoyándola con la manutención de sus dos hijos.

No nos encontramos de nuevo, pero tal vez ella se pregunta a veces, si la decisión que tomó esa ultima noche que estuvimos juntos, fue la mejor. Yo también pude haber insistido y luchar por conquistarla, es posible que lo hubiera logrado. Pero creo que las cosas pasan por una razón y muchas veces una intensa pasión no es garantía de una pacífica convivencia juntos. Me pregunto si una relación entre  nosotros habría durado para siempre. Nunca lo sabré, supongo.

Escrito por: Javier España
 
 
#JESEmprendimiento

Ficción de Terror Cotidiano 4 - Algo de inspiración



 
Suelo presentarme con mi banda ante el público cantando o leyendo mi poesía, pero la presentación más extraña que recuerdo sucedió durante el verano de 2003. Nos invitó el alcalde de una población calurosa y llena de arena desértica, pero con una comunidad rockera muy fuerte, dispuesta a pagar por una presentación de nuestra banda. Nos contaba don Sebastián, el alcalde, que había escuchado un concierto nuestro en un centro turístico y a su hijo le gustó mucho. El Alcalde deseaba que el cumpleaños numero veintitrés, de su hijo Rodrigo, fuera muy especial, por lo que no reparó en gastos.
 
La mansión a donde fuimos conducidos por un grupo de guardaespaldas, era enorme, no parecía una casa, sino un Mall. Nuestro equipaje e instrumentos musicales se habían quedado en la estación de buses, pero la traerían otros empleados del alcalde. Cuando llegué a la entrada de la mansión me llamó mucho la atención un pequeño rótulo, escrito a mano que anunciaba que se "Vendía queso y crema". Pensé que difícilmente alguien podría construir una hacienda como esa, vendiendo solo queso y crema, pero no estaba allí para juzgar a mis anfitriones y quienes iban a pagar una cantidad sustancialmente mayor que la cuota común, que solíamos cobrar por presentarnos.
 
Don Sebastián nos invitó a un frugal desayuno en una terraza con piso de ladrillo, que tenia una  pérgola de madera para brindar sombra, ya que una buganvilia con flores de varios colores, cuyos brazos se enredaban en los espacios vacíos de la pérgola. Era en esa terraza donde íbamos a tocar para un selecto público, compuesto por amigos cercanos de Rodrigo, su familia y seguramente  algunos guardaespaldas.
 
El resto del día pudimos pasear por la hacienda, conducidos por Rodrigo y sus guardias personales. Fuimos a un enorme establo, donde Rodrigo nos mostró orgulloso a varios de sus caballos de exhibición, los cuales solo podían ser montados por él y su padre, durante los desfiles hípicos que se realizaban en fechas de fiesta en el pueblo. Pero el cumpleañero, nos invitó a  montar en otros caballos que ya estaban preparados para nosotros. Uno de los miembros de la banda, el baterista Daniel, se excusó de montar caballo porque nos contó que de niño, se cayó de uno y esa era la razón de su leve cojera, que afortunadamente no le había truncado el sueño de ser músico. Rodrigo entendió y lo invitó a que fuera a alguna de las piscinas de la hacienda. Para que no se quedara solo, Ramiro el tecladista se quedó a hacerle compañía, de forma que solo Armando el bajista y yo, nos quedamos para el paseo a caballo. Pero Rodrigo era un joven impetuoso y autoritario, así que nos retó a subir al caballo sin silla. A esta forma de cabalgar se le conoce como "ir a pelo", porque solo una sencilla rienda hecha con lazo y las crines del caballo sirven para sostenerse sobre él. Rodrigo nos aseguró que eran caballos mansos y que solo teníamos que presionar con las piernas para dirigirlos.
 
 
Un poco de presión con la pierna derecha y el caballo iría en esa dirección y lo mismo para la izquierda. Pero nos advirtió que no presionáramos demasiado fuerte, porque el caballo entendería que queríamos ir mas rápido.
 
La primera parte del paseo fue tranquila, cabalgamos lentamente por un sendero y llegamos hasta los potreros donde se ordeñaban las vacas desde temprano, para producir el queso y la crema que ofrecían en el rótulo de la entrada. En la lejanía habían unos graneros, donde un grupo de trabajadores mantenían una febril actividad, descargando paquetes desde camionetillas agrícolas, para guardarlas en los graneros.

Varios de ellos detuvieron su trabajo cuando vieron que pasábamos cerca, pero seguramente reconocieron al hijo de su patrón y lo saludaron levantando sus sombreros respetuosamente. Después continuaron con su intenso trabajo.
 
La cabalgata llegó hasta una rustica pista de aterrizaje de avionetas, apenas lo suficientemente larga para permitir que las mismas pudieran aterrizar y despegar. En un hangar pude divisar dos Cesnas de diferentes modelos, que estaban recibiendo mantenimiento, tal vez preparándose para salir en breve.
 
Llegamos hasta el pie de una montaña, que Rodrigo nos contó era protegida por tres serpientes gigantes y por esa razón nadie subía hasta la cúspide nunca. Allí tomamos un descanso. Lo extraño fue que Rodrigo nos pidió que lo esperáramos un rato, ya que tenia que hacer algo. Se perdió entre unos matorrales acompañado por uno de sus guardias, mientras el otro no se quiso bajar del caballo y se quedó allí, para hacernos compañía o para vigilarnos, no lo sé.
 
Cuando Rodrigo regresó se le veía mas animado, subió de un salto a su caballo y nos retó a que regresáramos a la casa principal galopando a toda velocidad. Ni Armando ni yo teníamos experiencia en montar caballos y menos a todo galope, pero el tono de voz de nuestro anfitrión estaba lejos de ser una invitación.
 
Montamos en los caballos y empezamos a trotar. Pero Rodrigo presionó con fuerza los costados de su caballo y este empezó a aumentar la velocidad. Esto hizo que sin que yo se lo pidiera mi caballo empezara a perseguir al de Rodrigo. Apreté fuerte la rienda y enredé mis dedos en la crin dorada de mi caballo. Apreté con fuerza las piernas para no caerme. En pocos segundos mi caballo estaba a la par del de Rodrigo a todo galope. Armando fue lo suficiente precavido como para frenar a su caballo antes de que galopara a toda velocidad, por lo que se quedó atrás y continuó trotando. El guardia se quedó para acompañarlo de regreso a la mansión.
 
Mientras tanto nuestra alocada carrera seguía, por entre senderos y cercas que tenían alambres de púas, para detener a las vacas. Rodrigo era lo suficientemente hábil como para conducir a su caballo, al que seguramente conocía bien, pero yo solo me aferraba al mío, que por instinto seguía en dirección y velocidad al otro caballo. Llegó un momento en que empecé a disfrutar del galope. El aire en la cara, la fuerza del caballo llevándome a toda velocidad por un hermoso campo. Pero el miedo a caerme, era fuerte también. La carrera estaba por llegar a su fin, cuando llegamos a la enorme puerta que daba a los potreros. Alguien la había cerrado después que pasamos. De forma que debíamos detener al caballo, ya que no había para donde seguir corriendo y la cerca era muy alta para saltarla, si es que supiera como hacer que el caballo lo hiciera.
 
Rodrigo logró dominar a su caballo, jalando la rienda y moviendo sus piernas de forma que le indicó al caballo que se detuviera de inmediato. El caballo reaccionó enterrando las patas en la tierra y  sentando sus cuartos traseros para detenerse. Mientras su jinete se aferró al cuello del caballo evitando caerse.
 
Yo no sabía hacer todo eso, así que seguí montado en el caballo por unos metros mas, pensando que el caballo no se detendría a tiempo y yo saldría volando hacia adelante, cuando chocara su cabeza en la cerca. Tomé la decisión de saltar por un lado, para salvarme. Solté la rienda y las crines y me incliné hacia la izquierda. Caí en el suelo, golpeando con la cadera primero y luego intenté rodar para asimilar mejor el golpe. Afortunadamente la tierra estaba suelta y una gruesa capa de polvo amortiguó la caída. Sin embargo si me lastimé la cadera.
 
Rodrigo no paraba de reír, porque un instante después de que yo me lancé del caballo, éste se detuvo, para evitar la cerca. Esa fue la anécdota graciosa durante el almuerzo y cuando me revisé la cadera, vi que tenia un enorme hematoma y seguí con el dolor durante varios días, pero al menos estaba vivo y no me fracturé ningún hueso.
 
Aun así, me preparé para tocar en la presentación. Tuve que hacerlo sentado, para sostener la guitarra y con la idea de no moverme tanto. Cuando llegó la hora de iniciar, aun sentía un intenso dolor, que utilicé para poder interpretar algunas canciones de desamor y leer al publico poemas, que realmente les gustaron. En cierto momento decidimos hacer una pausa, antes de la parte final del show.
 
Aproveché para ir al baño, con la idea de tomarme un analgésico, para controlar el dolor y también refrescarme un poco. Rodrigo entró al baño, cuando estaba a punto de salir. Iba acompañado de dos de sus guardias y me dijo que quería platicar un rato conmigo. Me pareció extraño que quisiera hablar en el baño, pero no podía rehusarme.  Se acercó al amplio lavamanos y sacó un pequeño espejo que puso allí, después de limpiarlo bien con un poco de papel. De la bolsa derecha de su chaqueta de cuero, sacó un colmillo de plástico y una hoja de afeitar. Me dijo que era cocaína de la buena, que la había raspado directamente de un kilo. Que me iba ayudar para lo que quedaba del show. Yo le dije que no quería en ese momento, pero destapó el colmillo y dejo caer un poco en el espejo. Después con la hoja de afeitar picó la cocaína, para quitarle grumos, después formo tres líneas. Sacó de su cartera un billete de cien dólares nuevo. Lo enrolló y me lo dio sin decir nada más. Yo sabia
que no podía rehusarme.  Así que resignadamente, aspiré las tres líneas y regresé con la banda. Les conté la experiencia en pocas palabras y les dije que no sabia como iba a reaccionar en los próximos minutos.
 
Lo cierto es que no recuerdo que pasó después de hablar con mi banda. Ellos dicen que empecé a cantar y tocar la guitarra a un ritmo mas rápido, así que ellos trataron de seguirme, tal como mi caballo había tratado de seguir al de Rodrigo. También me cuentan, que en cierto momento les pedí que me dejaran cantar solo, canciones que no estaban en el repertorio, pero que solíamos cantar durante los ensayos. Canciones como "Knockin on heaven`s door", "Like a rolling stone" o "House of risin`s Sun" de Bob Dylan. También canciones del Grupo "Sui Generis", como "Confesiones de invierno", "Canción para mi muerte" y "Juan Represión". Pero llegó un momento en que solo tocaba la guitarra y no se entendía lo que cantaba, por lo que ellos regresaron al escenario y terminaron la presentación.
 
Después me llevaron a la habitación que nos habían asignado y hasta la tarde del próximo día, estuvieron cuidando que no fuera a tener un "mal viaje". En las primeras horas de la noche ya me sentí mejor y les pedí que regresáramos a casa. Ni don Sebastián, ni Rodrigo nos pudieron despedir, ya que habían salido de viaje en avioneta, según nos explicó uno de los guardias, aunque si nos dejaron la paga ofrecida y una generosa propina, con una nota de Rodrigo que decía:
 
"Te felicito por tu magnifica presentación, estoy seguro que eres un gran músico... solo necesitas algo de inspiración"
 
 
Escrito por: Javier España
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Reseña del libro "Alboradas de Marfil"

Portada del libro

Se presentó oficialmente el libro "Alboradas de Marfil", el viernes 4 de noviembre en el restaurante temático "La Casa del Escritor", en Ciudad de Guatemala.

El evento contó con la participación musical de la Banda "Fragmentos" liderada por uno de los poetas incluidos en el libro, Kierk Orochena. También dieron realce al evento las musicalizaciones de poemas por parte de Paulo y Ranferi, integrantes de la Banda de Rock vernáculo guatemalteca "Alux Nahual". Tuve el gran honor y placer de presentar e interpretar tres canciones basadas en los poemas del libro, acompañado de guitarra. A petición de la Poetisa Eileen Ovalle también declamé el poema "Promesas", incluido en mi selección poética denominada "La muerte del invierno".

El poemario estará disponible en librerías especializadas en breve, además se estará distribuyendo por 11 países de Latinoamérica.

Una anécdota respecto a este poemario, es que los autores se contactaron por medio de redes sociales y fue hasta el miércoles 2 de noviembre, que se pudieron conocer personalmente, durante el ensayo de la presentación. Este fue un emprendimiento literario, realizado a distancia apoyándose en los beneficios de las nuevas tecnologías que están cambiando nuestra forma de ver el mundo, cada vez mas pequeño.

Una característica de este grupo de poetas es la generosidad con la que están dispuestos a compartir su poesía y colaborar para que otros tengan la oportunidad de publicar libros y darse a conocer. Por lo que esperamos ver mas trabajos colaborativos en el futuro cercano.

Reseña de los poetas y sus obras
Eileen Ovalle, poetisa guatemalteca, reconocida internacionalmente y autora de otros ocho libros. En 2014 recibió el premio "Ceiba de Oro" y ha recibido otros premios y reconocimientos por la excelente calidad de sus poemas, los cuales viajan dentro de una corriente de amor apasionado, evocaciones romaicas y viajes a paraísos idílicos. Conocerla es quererla. Además es  una activa protectora de los gatos desamparados.

Gerardo Gálvez, poeta guatemalteco, uno de los últimos auténticos bohemios, que dentro de su amplia sensibilidad explora en sus poemas, la cotidianidad con ojos de artista que desea dejar una huella y un legado. Es además abogado y coleccionista de música en todos sus formatos y géneros.

Kierk Orochena, poeta nicaragüense-guatemalteco, un artista con muchas aristas, destacado en la música, con su propia banda Fragmentos, pero también un gran compositor y escritor, con la gran ventaja de vivir en un espacio de intersección entre varios mundos, de los cuales extrae esencias que logra destilar en apasionados poemas.

Yeltsin Reyes, poeta guatemalteco, defensor de causas justas y observador acucioso del mundo que nos rodea. Logra identificar en cada situación cotidiana, una historia que nos ayuda a ver los matices, que muchas veces pasan desapercibidos, para la mayoría. En este su primer libro, demuestra un compromiso con la poesía que refresca el mundo de la literatura latinoamericana, tan necesitada de nuevas propuestas creativas.

Javier España, poeta guatemalteco, también escritor de cuentos y artículos de temáticas tan aparentemente lejanas, como la informática, el emprendedurismo, las redes sociales, poesía, cuento, administración pública, historia de la música, cocina y temas de salud, pero cuyo hilo conductor es que habla en tres idiomas con fluidez, pero en ninguno sabe como decir que "no" a las experiencias que le presenta la vida. Una de ellas es esta oportunidad de coescribir un libro, que se convierte en la llave que abrirá la puerta, para futuros emprendimientos literarios, que lo consoliden como autor. La selección poética que presenta en este libro, descubre un mundo de emociones intensas que no logran encontrar un canal por donde fluir hacia el universo, que parece resistirse a ser propicio, para la felicidad de los mortales.

Selmy Melgar, poetisa boliviana, nos comparte una historia con tintes personales y en una posible catarsis, descubre el maravilloso mundo de una mujer que ama y que sufre por el amor perdido. Es poesía en su más pura expresión.

Santiago Montesdeoca, poeta español, despliega una riqueza expresiva en breves poemas, que piden ser leídos y releídos, para degustarlos y acostumbrarse a su buqué, que es una mezcla de amor, furia y tristeza.


Poetas que participaron en la elaboración del poemario

Javier España interpretando variaciones musicales de sus poemas

Kierk Orochena leyendo sus poemas

Musicalización de poemas a cargo de Paulo y Ranferi, integrantes de Alux Nahual

Paulo, Ranferi y el poeta Gerardo Gálvez

Presentación musical

Reconocimiento a Gerardo Gálvez por ser el día de su cumpleaños

 

Lectura de poemas por parte de Yeltsin Reyes

El Poeta Javier España con Ranferi de Alux Nahual
 

Emprendimiento Literario "Alboradas de Marfil"


 
A partir de ayer, salió a la venta mi nuevo libro de poesía "Alboradas de Marfil", que es un emprendimiento literario colaborativo con varios poetas latinoamericanos.

El emprendimiento fue encabezado por Eileen Ovalle, destacada poetisa guatemalteca, ganadora del premio La Ceiba de Oro - 2014, quien amablemente nos invitó a coescribir el libro y ahora es una realidad.

Los poetas que participamos:
  • Eileen Ovalle
  • Gerardo Gálvez
  • Yeltsin Reyes
  • Selmy Melgar
  • Kierk Orochena
  • Javier España
El libro ya esta a la venta a un costo de USD 24 (VEINTICUATRO DOLARES AMERICANOS), en versión impresa y próximamente estará disponible la versión digital.

La presentación oficial se llevará a cabo en "La Casa del Escritor", ubicado en la 3ra avenida y 16 calle de la zona 14, de Ciudad Guatemala, a partir de las 7:00 PM.

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