Noche de Aquelarre IV - Invocando el poder del Abrendaris


Koldar es el nombre por medio del cual las remdras reconocen al maestro supremo, que les dio el regalo del Abrendaris, cuya manifestación máxima es la inmortalidad. Koldar ha existido desde los inicios del mundo y es el único ser que no necesita habitar cuerpos humanos para manifestarse físicamente.

Tiene el manto de la materialización, que utiliza a voluntad, para presentarse ante sus discípulas mas avanzadas, cuando la ocasión lo amerita. Es con la venia de él, que una remdra puede cambiar de cuerpo o convertirse en líder de un grupo de remdras. Fue Koldar, quien puso a Burbara al frente de las remdras de Europa y a Armemba como líder de las remdras africanas. Con la muerte de esta ultima, era necesario convocar a un aquelarre especial, para invocar la presencia del maestro, para que designara a una nueva líder para el continente negro. Para que Koldar se materializara, las remdras solían invocarlo realizando sacrificios especiales, que atrajeran al Abrendaris. Cuando la invocación era exitosa, el ambiente se llenaba de una energía etérea pero sensible, que potencializaba las capacidades físicas y psíquicas de las remdras.


Solo en un estado máximo de Abrendaris, muy difícil de lograr, se podía pedir la materialización de Koldar.

Koldar en realidad podía materializarse en cualquier forma, no solo de hombre o mujer, sino en forma de animales, objetos y hasta sueños. Las lideres eran las únicas entrenadas para hablar directamente con el maestro. Quien exigía una solida unión entre las remdras que lo quisieran convocar, ya que una grieta en el grupo, podía causar su furia y deseo de destrucción. Koldar no soportaba las divisiones que ponían en peligro el secreto y
poderoso mundo de las remdras.


Burbara estaba preocupada de tener que viajar a África para ser quien interpretara la voluntad de Koldar, respecto a quien sería la próxima líder en aquel continente. Las tensiones entre ella y las remdras africanas, surgieron a partir del espectacular escape de Agnar de Andaliz la Verde, que incluyó la muerte de la anterior líder. Esto había provocado que la mayoría de remdras africanas abandonaran el pueblo, casi sin despedirse. La única que quiso quedarse para castigar al fugitivo era la temible y poderosa Almarax, que era una de las posibles sucesoras como líder en África. Sin embargo, la forma en que Agnar había podido escapar por segunda vez, con la ayuda de una cantidad, indeterminada aun, de romelianos, le restaba posibilidades.

Cada remdra esta en capacidad de convertirse en líder, ya que en los aquelarres el Abrendaris se distribuye equitativamente entre los participantes de sus invocaciones. Pero debido a otros criterios mas complejos, las remdras lideres eran escogidas antes de que Koldar se manifestara y diera la palabra final.

Por esto Burbara, estaba obligada a viajar a África, con días de anticipación, con el propósito de identificar a las candidatas para suceder a Armemba, como líder de las remdras africanas. Esta era una oportunidad de acercarse de nuevo a las remdras que aun estaban molestas por la muerte de su líder, ocurrida en Andaliz la Verde, sin que Burbara y sus remdras pudieran castigar al culpable, dejándolo escapar, cosa que ellas consideraban imposible, de haber sucedido en tierras africanas. Por esto,  Burbara tenia que ser muy hábil para elegir a las remdras mas propicias para establecer de nuevo una alianza entre los dos continentes. Burbara creía que si lograba crear divisiones entre ellas, podría fácilmente detectar
a las remdras que tuvieran algún resentimiento contra las remdras mas antiguas y que aparentemente tenían mas posibilidades de ser candidatas, para establecer vínculos de confianza con alguna de ellas, que a futuro le permitiera tener un buen nivel de control sobre las decisiones que se tomaran respecto a las alianzas con remdras europeas.


Almarax era una remdra relativamente joven, que apenas estaba viviendo dentro de un segundo cuerpo, después del cuerpo en el que nació y que fue preparado desde antes de su nacimiento para convertirse en remdra, por la misma Armemba, quien después de que la primera encarnación de Almarax cumpliera cincuenta años, le consiguió el cuerpo de una atlética africana, porque la antigua líder siempre deseó tener a una remdra guerrera para su guardia personal. Debido a todo lo el tiempo, dedicación y abrendaris que invirtió en Almarax, Armemba la consideraba una hija, quien correspondía con fidelidad y respeto a su formadora. Tal vez por eso, fue la única que quiso quedarse para vengar su muerte en Europa. Esto era causa de cierto resentimiento de Almarax hacia otras remdras mas antiguas, que regresaron de inmediato a su hogar y pronto fueron olvidando su propósito de venganza, estando mas interesadas en ser la próxima líder, que en encontrar a Agnar y hacerlo pagar.

La candidata natural mas fuerte era Colandria, una antigua remdra que había perdido la cuenta de cuantos cuerpos había usurpado, durante sus casi quinientos años de vida de remdra. Este retorcido ser, desarrolló un apetito voraz por niños de menos de un año a quienes solía devorar crudos, al momento de matarlos. Era el terror de varias aldeas de los alrededores de la sabana africana, de donde los robaba, cuando los niños se acercaban a los ríos a traer agua en recipientes de madera de baobab. Colandria era capaz de devorar hasta dos niños por día, en especial cuando se acercaba un aquelarre, porque esto le daba fuerza y vitalidad. Era capaz de ser muy cruel, con o sin alguna razón. Simplemente el sufrimiento de
los rocris le divertía y la hacia sentirse poderosa. Colandria era especialista en preparar pociones con las raíces de cualquier árbol o con alguna de las miles de variedades de plantas que existían en Africa. Colandria había demostrado liderazgo durante la guerra contra los zulúes. Junto con Armemba habían dirigido una legión de remdras que diezmaron por las noches a las poblaciones que se habían unido para acabar con las practicas de canibalismo de remdras conocidas, quienes frecuentemente atacaban a los habitantes de estas tribus. Las tribus estuvieron divididas por mucho tiempo, pero ante una amenaza común terminaron por unirse y los lideres consultaron a sus espíritus consejeros y estos revelaron que había seres malignos, quienes  devoraban carne humana. Por mucho tiempo y debido a sus conflictos, los zulúes pensaron que la desaparición de sus miembros era causada por tribus rivales, lo que profundizaba aun mas sus rencillas.


Los espíritus consejeros, indicaron que era necesario acabar con los seres malignos, pero no revelaron la forma de hacerlo, por lo que las tribus que se enfrentaron a las remdras hicieron esfuerzos inútiles por destruirlas, ya que ignoraban que la única forma de matarlas era por asfixia. Por ello, sus lanzas y flechas envenenadas no funcionaron y fueron cientos de zulúes los que murieron en esa guerra estéril. Cuando los guerreros se cansaron de pelear y morir, regresaron a sus aldeas y recogieron las pocas pertenencias que tenían, para viajar a tierras lejanas lejos de la amenaza invisible de las remdras. Colandria persiguió inclementemente a los que huían, robándoles a los niños para devorarlos y matando a los adultos para asegurarse que no se convirtieran en amenaza a futuro.  Esto la convirtió en una remdra muy influyente y temida.

Burbara sabia esto, pero consideraba que Coliandria no era muy propicia para establecer alianzas, ya que no parecía querer ceder su papel preponderante, para complacer a remdras europeas o de cualquier otro lugar de la tierra. Además era demasiado voraz
para devorar niños, como para pasar desapercibida, especialmente si viajaba a un país lejos de África, donde el continente guardaba un empecinado silencio acerca de las atrocidades que sufría su gente.


Sin embargo, no podía descartarla como candidata, sin levantar sospechas de sus preferencias y opiniones personales. Pero si estaba en sus manos, trataría de que no fuera ella la próxima líder remdra en África, cuyo mandato podría extenderse por cientos de años.


Había por otro lado, una opción diferente, las hermanas Matix y Lumina, remdras que provenían de la región meridional, mas al sur. Eran las únicas remdras blancas en el continente, ya que vivían cerca de poblados holandeses de donde se proveían de cuerpos jóvenes para mantenerse impecables y elegantes, mas cerca de la moda europea. Individualmente no eran temibles, pero juntas superaban en poder y conocimiento a la mayoría de remdras. Burbara pensaba que podrían ser mas propicias para realizar alianzas con ella, pero ignoraba que así como eran de elegantes
eran de traicioneras y ambiciosas. Otra cosa que las diferenciaba era su afición por la cacería de animales grandes y peligrosos, tales como elefantes, búfalos, leones y leopardos. Gustaban de su carne mas que de la carne humana, la cual consumían por compromiso cuando estaban con otras remdras o cuando la caza escaseaba.


Tambien habían jugado un papel importante en la guerra contra los zulúes, haciéndose pasar como misioneras europeas, que sabían de enfermería. Esto les abrió la puerta de las aldeas, en una época donde habían muchos heridos, que ellas fingían atender, pero a quienes facilitaban la muerte. De esa forma averiguaron las
debilidades y fortalezas de los guerreros, para acabar con ellos de mejor manera. También identificaron a los lideres para que otras remdras los eliminaran sistemáticamente y así debilitar el movimiento guerrero.


Días después de la llegaba de Burbara a la aldea Bretomoro, que estaba bajo control total de las remdras y cuyos habitantes rocris solo estaban como sirvientes. Fue en ese pueblo, oculto por un antiguo y espeso bosque tropical, donde se estableció que se realizaría el aquelarre especial para elegir a la próxima líder de las remdras africanas. Para este efecto, los sirvientes del pueblo fueron obligados a construir un enorme altar de madera, donde se llevaría a cabo la invocación del abrendaris, para que Koldar se hiciera presente y diera la última palabra.

Como es usual la invocación del abrendaris incluye el sacrificio de varios rocris, mientras más mejor, ya que esto fortalece el abrendaris de las remdras. Por ello varios días antes de la ceremonia final, varias remdras se dieron a la tarea de capturar
docenas de rocris y traerlos a la aldea para ser sacrificados.

La desaparición de tantos habitantes, no pasó desapercibida por Johanes, un miembro de la hermandad, que había sido enviado desde meses atrás a tierras africanas, para estar atento de este tipo de sucesos, que indicarían la proximidad del aquelarre para elegir
a la remdra líder de África, que sucedería a la que Agnar había matado en Andaliz la Verde.  Johanes se hacia pasar por un cazador furtivo, adicto a la adrenalina de perseguir fieras salvajes. En poco tiempo construyó una reputación de temerario y experto en manejo de armas de fuego y cuchillos. Este tipo de aventureros estaban siendo cada vez mas comunes en pueblos cercanos a la sabana africana, llegando a convertirse en parte de la economía de las poblaciones.


Johanes alertó a «La Hermandad» de las desapariciones y dedicó todo su tiempo en localizar la región donde se realizaría el próximo aquelarre, ocasión rara y valiosa para darle cacería a lideres de las remdras, no solo de África, sino de otras regiones del mundo. Una semana después, se reunió con Johanes, para organizar la búsqueda y persecución de la mayor cantidad de remdras posible. El grupo de diez miembros de la hermandad, que se hicieron pasar desde el primer día como parte de una asociación de médicos, que iban a luchar en contra de enfermedades tropicales, aplicando vacunas y capacitando a habitantes de las aldeas mas pobres de África Central.

 Entre el grupo se encontraban Magnus, su hermano Albert y por supuesto Agnar, quien había alterado su apariencia física, dejando que una espesa barba ocultara algunos de sus rasgos faciales, pero no podía ocultar el intenso color azul de sus ojos, por lo que utilizaba gafas oscurecidas, sin graduación. Los meses que pasó en la Sede de la hermandad, fueron aprovechados aprendiendo todo lo posible acerca del mundo de las remdras, pero  también fortaleciéndose física y mentalmente, para estar preparado cuando llegara el momento de enfrentarlas.

La comitiva llevaba consigo una gran cantidad de equipaje y material, que había sido declarado como insumos médicos, para la campaña de vacunación que «supuestamente» realizarían en la región. Pero en realidad venían preparados para una batalla a gran escala, contra seres malignos, agresivos y casi inmortales, cuyo único punto débil conocido era la falta de respiración. La principal arma que tenia «La Hermandad» en una lucha cuerpo a cuerpo, eran dardos envenenados, que podían ser disparados por rifles de aire, semiautomáticos, acondicionados para ser altamente eficientes. El cargador podía contener hasta veinticinco dardos, los cuales debían ser lanzados para impactar en el cuello, el torso o en ultimo caso en alguna extremidad. Era mayor la eficiencia, cuanto mas cerca del corazón y del cerebro estuvieran. Estos dardos habían sido preparados con una combinación de tres de los venenos mas mortales que se conocían. Contenían una fracción de Sarin, por el efecto rápido que ayudaba a inmovilizar a las remdras, induciéndoles un relampagueante coma, además de un terrible dolor abdominal. Otro de los componentes es la tetrodoxitina, obtenida a partir de una rara especie de pez globo, que tenia el fin de paralizar a las victimas. También incluían mercurio, para generar una irritación de las vías respiratorias, dificultándoles a las remdras la obtención de oxigeno. A esta mezcla le habían agregado también el «compuesto 1080», que buscaba provocar la mayor cantidad de molestias a las remdras, desde vómitos, hemorragias intestinales, calambres, hipotensión arterial, taquicardias y otra serie de síntomas que las conducían irremediablemente hacia la muerte.

Antes de que «La Hermandad» pudiera localizar la aldea Bretomoro, dio inicio el ritual para invocar el abrendaris, que tenia como objetivo lograr la manifestación física de Koldar, para que éste eligiera a la próxima líder de las remdras de Africa. La primera noche se sacrificaron en el enorme altar construido para la ocasión, cerca de cincuenta rocris, casi todos jovenes de menos de veinte años. Pero las remdras sabían que era solo el principio, ya que necesitarían por lo menos tres días de invocaciones para acumular el suficiente abrendaris.

Grandes acontecimientos estaban por venir.

Escrito por: Javier España
#JESEmprendimiento

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